En su campaña, el presidente electo Donald Trump prometió iniciar "el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos". Sin embargo, los detalles sobre cómo planea llevarlo a cabo y cuántas personas pretende deportar siguen siendo inciertos. Trump estima que hay más de 20 millones de inmigrantes viviendo ilegalmente en EE.UU., aunque el Centro de Investigación Pew sitúa la cifra en 11 millones.
Trump ha mencionado que todos los inmigrantes ilegales tendrán que irse y solicitar regresar legalmente. Inicialmente, se enfocará en aquellos que han cometido delitos y en los que han sido rechazados en sus solicitudes de asilo. Trump ha prometido lanzar el mayor programa de deportación de criminales en la historia de EE.UU., superando incluso el récord de Dwight Eisenhower en 1954 con la operación "Wetback".
Los expertos en inmigración advierten sobre los numerosos obstáculos logísticos, incluyendo restricciones presupuestarias y desafíos legales. Además, muchos economistas alertan que las deportaciones masivas podrían perjudicar la economía, aumentar la inflación y reducir el empleo y los salarios para los trabajadores nacidos en EE.UU.
Trump ha designado a Tom Homan como zar de la frontera y a Stephen Miller como subjefe de personal, ambos conocidos por su postura dura en inmigración. Miller ha afirmado que Trump utilizará todos los poderes federales para implementar una represión migratoria sin precedentes.
El costo de un programa de deportación masiva sería enorme. El Consejo Americano de Inmigración estima que una deportación masiva costaría 315 mil millones de dólares, y un programa de deportación a largo plazo podría costar casi un billón de dólares.
En resumen, aunque Trump ha prometido un enfoque agresivo en la deportación de inmigrantes ilegales, los desafíos logísticos, legales y económicos podrían dificultar la implementación de su agenda.
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